Para establecer el sistema de clasificación que empleamos para catalogar y ordenar las marcas de cantería recopiladas en los trabajos de campo hemos partido de los estudios realizados por el Centre International de Recherches Glyptographiques. El C.I.R.G. se fundó en 1979 en Bélgica (Braine-le-Château) después de hacer la siguiente constatación: los signos lapidarios están presentes en todo el mundo, pero su estudio era casi inexistente por falta de herramientas adaptadas (sistema de clasificación, método de representación, etc.).
Es urgente, por la cada vez mayor desaparición de las marcas de cantería de las construcciones medievales debido a la contaminación y a restauraciones poco respetuosas con el patrimonio histórico, crear grupos de investigación que permitin la confrontación regular de los resultados de los trabajos de campo. Desde 1979 se han organizado regularmente jornadas internacionales en Mons (Bélgica, 1979), Nîmes (Francia, 1980), Zaragoza (España, 1982), Cambrai (Francia, 1984), Pontevedra (España, 1986), Samoëns (Francia, 1988). ), Rochefort-sur-Mer (Francia, 1990), Hoepertingen (Bélgica, 1992), Belley (Francia, 1994) y Mont-Sainte-Odile (Francia, 1996).
Sistema de clasificación propuesto por el C.I.R.G. para la catalogación de las marcas de cantería
Según sea el origen y la autoría de las marcas de cantería y cualquier tipo de signo lapidario tenemos que es posible establecer el siguiente cuadro de tipos generales.
Cuadro de tipos generales de Jean-Louis Van Belle (C.I.R.G.)
Clasificación de signos lapidarios por origen
- Marcas de la extracción que indicarían la mejor posición para el bloque y el sentido de la talla en función de su origen en la cantera (propiedades de la veta: grietas, fisuras y estratos).
- Marcas efectuadas durante la construcción del edificio, también denominadas marcas utilitarias.
- Grafitis realizados a lo largo del tiempo por todo tipo de visitantes y viajeros.
Clasificación de signos lapidarios por su uso
- Marcas de identificación, propias tanto de los distintos gremios y logias como de los obreros, que realizaban señales para cobrar el trabajo realizado.
- Marcas del maestro responsable de la obra, como inscripciones del tipo "me fecit" y otras marcas de cantería que por su peculiaridad y complejidad podríamos denominar signos lapidarios.
- Marcas de los comitentes o donantes de algún sillar, columna o parte de la obra.
- Marcas que representan herramientas y otros utensilios propios de cada oficio. Marcas de identificación personales que cada cantero graba en la actualidad en sus herramientas. No se dispone de referencias respecto si también era práctica habitual en la Edad Media.
- Marcas de diseño usadas por los constructores (diseño y ejecución de elementos importantes de la obra) que pudieran ser reflejo de bocetos, esquemas, planos, secciones de basas, rosetones, etc.
- Marcas de posición que habrían sido incorporadas durante la labra y ajuste final del sillar o ensamblado de piezas como las dovelas de los arcos.
Clasificación de signos lapidarios por simbología
- Signos y símbolos propios de grupos religiosos y sectas tales como cruces de consagración, monogramas, sellos y estrellas.
- Marcas rituales: signos protectores cuya función es mágica o religiosa.
- Signos astrológicos referidos a representaciones de los doce signos del zodiaco.
Grafitis y otros gliptogramas
- Formas vegetales y zoomorfas.
- Mensajes y avisos para viajeros pertenecientes a una misma logia y otros grupos esotéricos.
- Tableros de juegos como alquerques, cuadrados mágicos y laberintos.
- Relojes de sol y horologios.
- Laudas funerarias.
- Dibujos de viajeros, peregrinos, religiosos, presos, etc.
- Letras: basadas en los lenguajes de la época: alfabetos griego, mozárabe, visigótico, gótico, etc.
- Runas: grafías procedentes del alfabeto celtibérico y anglo-sajón. Aunque algunos autores niegan el hecho de su similitud con el alfabeto rúnico, es interesante constatar que las marcas más sencillas coinciden en un porcentaje muy alto con las sus formas.
- Figuras geométricas: cuadrados, círculos, triángulos, rectángulos, polígonos y trapezoides varios.
- Cifras: representaciones de signos numéricos.
- Trazos: segmentos rectos, curvos, ángulos.
- Herramientas: todo tipo de utensilios como picos, horquillas, flechas, ballestas, mazos, tijeras, etc.
- Formas naturales: animales y plantas.
- Alquerques: tableros de juego.
- Símbolos religiosos: cristianos (cruces, crismones monogramas); judíos: (estrellas de cinco puntas); musulmanes (luna, doble triángulo).
- Símbolos astronómicos: planetas, zodiacos, etc.
- Figurativas: todo tipo de símbolos gremiales, firmas y sellos grabados por los artesanos y maestros de la piedra.
Clasificación extraída de:
Centre International de Recherches Glyptographiques (C.I.R.G.)
Cortesía de Jean-Michel Mathonière.
Las directrices del CIRG forman parte del ADN de del proyecto SIGNO (Sociedad de Investigaciones Gliptográficas para la Normalización y Ordenación). Nuestro objetivo es confeccionar un catálogo de marcas de cantería en la península Ibérica con testimonios fotográficos. Esto es de suma importancia, no ya sólo por lo que supone para la preservación de este conjunto de signos y figuras geométricas labradas en los muros de las construcciones medievales en peligro de extinción, sino porque estamos interesados en estudiar las formas y los tipos, profundizando en sus posibles funciones y significados. Lo que nos conduce al estudio de la historia de los gremios de constructores, sus técnicas y métodos de trabajo, y de lo que supuso en el contexto de la arquitectura medieval el arte y la ciencia de labrar la piedra.
El sistema de clasificación que empleamos para la catalogación de las marcas de cantería
Con la inestimable colaboración de Álvaro Rendón Gómez, y partiendo de la clasificación establecida por el CIRG, hemos ampliado el espectro creando un sistema basado en tres niveles de interpretación que en ningún caso son excluyentes: formal, funcional y sígnico-ideográfico. Esta triple clasificación requiere ser afrontada desde una perspectiva multidisciplinar que combine la historia de la arquitectura medieval y el estudio de las técnicas y los métodos de los canteros y constructores.
Primer nivel: la clasificación formal
Categoría: 1 - Formal / Subcategoría: 12 - Geométricas / Clase: 112 – Simples
La primera de las categorías sirve para ordenar las marcas de cantería en función de sus formas, con independencia de sus posibles funciones y significados. El mapa de tipos geométricos desarrollado por Álvaro Rendón, y convenientemente ampliado para contemplar todas las posibles combinaciones, ofrece la posibilidad de ordenarlas por sus semejanzas formales. En nuestro caso, más interesados en el estudio tipológico de las formas y la geometría que pueda haber implícita, esta perspectiva nos permite distinguir las más comunes, cuya función era estrictamente utilitaria, como proponen Van Belle y Bianchi de aquéllas más complejas en sus diseños que admiten una segunda lectura algo más exhaustiva.
Son marcas de cantería de formas simples, formadas por líneas rectas y/o curvas y todo tipo de combinaciones. Estas suelen ser las más abundantes en las construcciones debido a que se buscaba un marcaje rápido por cuestiones relacionadas con los trabajos de labrado de los bloques de piedra para convertirlos en piezas regularizadas y con su colocación final a pie de obra, una tarea que requería continuas rectificaciones que eran convenientes señaladas mediante este conjunto de signos.
Esta primera ordenación de las marcas de cantería ateniéndonos a sus formas, con independencia de sus posibles funciones y significados, nos permite realizar una primera agrupación en función de un árbol de tipo geométricos desarrollado por Álvaro Rendón, y que hemos ampliado para contemplar diversas combinaciones de figuras, atendiendo a si éstas tienen una estructura reglada, es decir, podemos calificar sus diseños como geométricos, o bien son representaciones figurativas de objetos y seres. Esta visión de conjunto en función de las formas permite establecer cuadros comparativos y cronológicos de los distintos tipos de marcas de cantería y su presencia y frecuencia en las construcciones de los sucesivos estilos arquitectónicos.
De esta forma, es posible establecer una nomenclatura formal en base a un árbol de tipo geométrico que resulta muy útil para estudiar la morfología de este conjunto de signos y su evolución desde su aparición alrededor del siglo xi hasta que van desapareciendo paulatinamente de las construcciones a partir del siglo xv. Es el nivel de ordenación más objetivo por lo que es el más adecuado para realizar una primera agrupación que distingue las formas geométricas de los signos figurativos que representan objetos o seres.
Las marcas de cantería más sencillas, líneas rectas y/o curvas, adquieren mayor complejidad cuando resultan de una combinación de varios tipos de líneas que forman figuras. En esto casos, son signos a modo de “firmas”, iniciales o acrónimos, que identificaban las piezas talladas por lo canteros para cobrar su salario o simplemente se realizaban para dejar constancia de su trabajo, como una muestra de su maestría en el labrado de la piedra. Por otro lado, las marcas de cantería que combinan ambos tipos de líneas formando nuevas figuras permiten al cantero expresar a través de unos tipos específicos de signos ciertos principios constitutivos de su oficio en el contexto de la arquitectura medieval.
Categoría 1 - Formal / Subcategoría: 12 - Geométricas / Clase: 112 – Compuestas
La segunda familia de la categoría formal contempla los signos lapidarios más elaborados, correspondientes a todo tipo de figuras geométricas y poligonales: triángulos, cuadrados, rectángulos, trapecios y formas estrelladas; todo un repertorio de formas ilustrativas de los principios recogidos por Euclides en su tratado de geometría. El marcaje de los bloques empleando este tipo de figuras requiere algo más de trabajo si lo comparamos con el marcaje con formas geométricas simples. En estos casos, las marcas de cantería suelen presentar una marcada simetría muy indicativa de las propiedades geométricas propias de cada figura, y que nos remiten a formas propias de la práctica de la geometría fabrorum, es decir, de la geometría aplicada al oficio de labrar la piedra y a la ciencia de la construcción.
Categoría 1 - Formal / Subcategoría: 12 - Geométricas / Clase: 113 – Combinadas
Categoría: 1 - Formal / Subcategoría: 12 – Libres
Son las marcas de cantería que representan seres, instrumentos, armas y otros objetos. Suelen implicar un trasfondo simbólico relacionado con el contexto de las actividades de los canteros y el pensamiento que animaba a los gremios de constructores. Este conjunto de signos lapidarios figurativos es el reflejo de los ideales y las creencias de los artesanos que los labraron, ya sean relacionados con su oficio o con el contexto de los edificios donde se encuentran. Sus significados son, por tanto, en parte sugeridos y requieren ser interpretados.
Segundo nivel: la clasificación funcional
Categoría: 3 - Funcional / Subcategoría: 31 - De Identidad
Es el grupo que incluye las marcas de cantería realizadas para cobrar el salario. También suelen caracterizarse por su simplicidad, ya que, como en el caso de las marcas «utilitarias», se buscaba el rápido marcaje de las piezas mediante diseños poco elaborados y facturas más bien toscas.
En este grupo también se incluirían otras marcas de cantería más complejas y elaboradas en sus diseños que se corresponden con las firmas de artesanos y talleres. El origen de estos signos, que adquieren rango de emblemas, puede deberse a imitaciones de los escudos de armas de las casas nobiliarias, con las que el maestro cantero se hacía respetar cuando negociaba y firmaba contratos de trabajo. De maestros a aprendices, siempre dentro del ámbito gremial, se transmitían los signos a los que cada generación iba añadiendo ligeras variaciones, al estilo de las brisuras en la heráldica.
Categoría: 3 - Funcional / Subcategoría: 32 - De Obra / Clase: 321 - Utilitarias
Estas marcas de cantería, también llamadas “utilitarias” o “rectoras”, suelen ser signos esquemáticos, que pueden estar confeccionados sobre modelos geométricos sencillos, empleando la línea ejecutada con puntero, o rayadas. La función de estos signos para los canteros, albañiles y maestros de obra era servir de apoyo durante la construcción para comunicar órdenes de trabajo, a modo de una nomenclatura que indicaba todo tipo de información que resultaba de gran ayuda. Desde que los bloques eran extraídos en la cantera hasta su destino final como piezas talladas y colocadas en su lugar para construir el edificio, estos signos eran indicadores del lugar de procedencia del material; las características de dureza de cada veta, que determinaban el tipo de piezas que serán talladas, las más duras para sillares y columnas y las más blandas para elementos escultóricos; y todo tipo de operaciones que se realizaban a pie de obra que requerían constantes correcciones durante un proceso constructivo que podía durar años.
Como indica Álvaro Rendón, estas marcas “correctoras” se utilizaban para señalar las piezas previamente dispuestas sobre la montera. Se reconocen porque son líneas simples, con extremos acaban en forma de letras o cifras de trazado sencillo y libre, puntas de fechas, ángulos, puntos, arcos, entre otras. Se correspondían con operaciones propias del oficio de los canteros como el pulido (acabado liso y brillante), el flameado (superficie basta o irregular), el apomazado (acabado más natural con muela de carborundum) o amolado, el escafilado (acabado irregular a cincel) y el cortado (con las huellas del corte). También se incluirían en esta clase las que servían para indicar cómo debían colocarse los sillares en sus respectivas hiladas, las dovelas de un arco en su correcta disposición o cualquier tipo de ajuste requerido al levantar los pilares y las bóvedas.
Dentro de grupo de marcas de cantería “utilitarias” también incluimos las que fueron realizadas durante las restauraciones y reposiciones de los edificios a lo largo del tiempo. Se utilizaban, siguiendo la tradición, para indicar las reposiciones de los bloques de piedra, la procedencia del material o dejar constancia de la firma personas del maestro cantero en forma de iniciales, acrónimos o incluso signos-emblema relativos a los talleres que operaron en la obra.
Categoría: 3 - Funcional / Subcategoría: 33 – Varias
Dentro de este grupo contemplamos sillares epigrafiados, inscripciones y cualquier tipo de alquerque o tablero de juegos.
Tercer nivel: la clasificación sígnico-ideográfica y las marcas de trazado
Categoría: 2 - Sígnica Subcategoría: 21 - Grafías/Cifras
Marcas de cantería que representan letras, grafías y cifras numéricas.
Categoría: 2 - Sígnica Subcategoría: 22 – Símbolos
Las marcas de cantería pueden ser de dos tipos si nos atenemos a sus formas respecto a sus semejanzas con signos alfabéticos y numéricos o símbolos relativos a cultos religiosos.
El cantero no labraba únicamente el sillar, también modelaba su propio carácter, le daba sentido a cada golpe ejecutado sobre la dura piedra. Es por este doble sentido, práctico y simbólico, que en los trazados de las marcas de cantería se empleasen claves geométricas simples. La capacidad de abstracción que posee la geometría proporciona el soporte perfecto para expresar conceptos abstractos, teóricos y también esotéricos, pues tales signos eran de orden interno y su verdadero significado solo lo conocían aquellos que habían sido instruidos en el oficio. En las sociedades tradicionales siempre se ha buscado integrar la ciencia y el arte de los diversos oficios en una dimensión simbólica trascendente o religiosa que pudiera facilitar la práctica devocional y la meditación en el trabajo. No es casual que en la Edad Media el trabajo diario de purificación moral del hombre sea descrito como una «edificación interior» que se realiza dentro del alma figurada como un templo.
Categoría: 2 - Sígnica / Subcategoría: 23 - Marcas de trazado
Este grupo incluye las marcas de cantería que sometidas a una estructura reglada, es decir, que o bien fueron concebidas mediante el uso de la regla y el compás o bien contienen proporciones notables que en ocasiones suponen verdaderos teoremas geométricos labrados en la piedra a modo de acertijos. Hay casos en los que a la información arqueológica que nos proporcionan las marcas de cantería habría que añadir el valor que tienen por sus mismas formas en relación al contexto del que forman parte, es decir, la tradición constructiva medieval. Para ello hay que prestar la debida atención y adoptar una perspectiva multidisciplinar acorde al objeto de estudio, que no es otro que el de la manifestación de una disciplina, la arquitectura, que en la Edad Media se conformaba como una trama indisoluble entre arte y ciencia.
En este sentido, ya sea por su valor arqueológico, que nos ayuda a reconstruir la historia de los edificios, o simbólico-representativo, en relación al oficio de labrar la piedra, las marcas de cantería son las notas a pie de página de un proceso en el que la materia bruta va dando paso a las formas regulares del edificio y se parte de lo más pequeño para llegar a lo más grande; de los bloques extraídos en la cantera a los sillares perfectamente escuadrados con los que levantar los muros y el preciso despiece de los arcos que han de sostener las bóvedas. Durante el transcurso de todo este proceso, la figura geométrica está constantemente presente, es la herramienta de trabajo del cantero y el maestro constructor. Era tan importante la geometría, tanto desde su aspecto técnico como espiritual, que llegó a adquirir un sentido sagrado.
Las marcas de cantería tienen grados, no solo por la mayor o menor precisión de su factura, que denota la pericia del cantero, sino por la incorporación en algunos casos de reglas geométricas que implican conocimientos que no estaban al alcance de cualquiera. Además de las más comunes, utilizadas para consignar la autoría del trabajo y servir de apoyo a pie de obra, hay otras que son mucho más elaboradas porque incorporan en sus diseños trazados geométricos y que, incluso en algunas ocasiones, son el reflejo de las operaciones que sirvieron al maestro constructor para determinar las proporciones de una planta y su alzado o para diseñar el resto de elementos arquitectónicos que conforman el conjunto del edificio.
Estos signos lapidarios constituirían un lenguaje caracterizado por ser la expresión de las operaciones que aquellos maestros de la escuadra y el compás utilizaban para resolver problemas relacionados con la medición de las extensiones y el cálculo de superficies, el testimonio de algún tipo de ejercicio ritual vinculado a la aplicación de la geometría al oficio y los procesos de formación.