Queremos agradecer a Nacho Ares y a Julio López que se prestaran para poner voz al último artículo que Álvaro Rendón escribió, a modo de despedida, antes de morir. Álvaro fue un gran colaborador y uno de los pilares que hicieron posible el proyecto SIGNO para la catalogación y estudio de las marcas de cantería en la península Ibérica. Con su ayuda, y partiendo del árbol de tipos establecido por Jean Louis Van Belle con sus trabajos en el C.I.R.G., ampliamos el espectro poniendo el foco en sus formas. Queríamos establecer cuadros de tipos que permitiesen agruparlas en familias en función de sus características geométricas, funciones y posibles significados. El mapa que hoy manejamos se lo debemos en gran parte a su trabajo.



 Audio de la carta de despedida de Álvaro Rendón Gómez en la inconfundible voz de Julio López del programa SER Historia.

Álvaro nació en 1950 en el Puerto de Santa María. Desde muy joven se inició en el estudio de la geometría. Su monumental obra en tres volúmenes titulada “Geometría paso a paso”, con más de 5.000 dibujos en cada uno, esquemas y diccionarios es, como a él le gustaba decir, el mapa de las formas mediante las cuales crecemos aprendiendo de la Naturaleza y nos desarrollamos como personas.

Álvaro era curioso por naturaleza. Tenía una capacidad de trabajo y una intuición natural como pocas veces he visto. Sus aportaciones a los estudios que llevamos a cabo con el proyecto SIGNO sobre las marcas de cantero fueron desde un primer momento una fuente de inspiración y el acicate de las hipótesis de trabajo que hoy manejamos.

El día de su muerte no hubo una sola nota de prensa. Por eso queremos rendirle este pequeño pero sentido homenaje. Ahí queda su obra y sus miles de dibujos, negro sobre blanco, como hacían los canteros con sus marcas sobre la piedra de forma completamente anónima. Cuando descubrió el fascinante mundo de las marcas de cantero escribió estas palabras que resumen los propósitos de nuestro trabajo.

Como él mismo escribió al iniciar nuestra colaboración:

«Como modesto colaborador inicial del proyecto SIGNO, junto a los auténticos padres de la criatura, Rafael Fuster y Jordi Aguadé, me considero halagado por la envergadura que ha tomado la página en tan escaso margen de tiempo. Desde el comienzo tuvimos muy presente tanto al cazador de signos, pateador de la geografía, observador minucioso capaz de diferenciar un defecto de la piedra de un signo, como al investigador sesudo con capacidad de análisis y síntesis. Tuvimos la inspiración de diseñar una buena herramienta de clasificación y reordenación de signos, como primera medida. Jamás pudimos imaginar que el interés despertado fuera tan abrumador. Fue entonces, cuando pensamos en la necesidad primaria de elaborar una clasificación de signos que abarcara tanto los ya existentes como los que fueran añadiéndose al proyecto. A partir de aquí todo fue más fácil. Las fichas de edificios, ubicación y reordenación de marcas comenzaron a tomar forma.

Tras diversos análisis geométricos dimos respuestas a algunos porqués, pudimos intuir el tipo de herramienta de clasificación que necesitarían los analistas e investigadores que se iban uniendo al proyecto. Somos más de cuatro mil pirados por las marcas de canteros, los epigramas, los signos, las claves, la razones misteriosas que tiene la piedra de soportar su propio peso y trascender a través de los siglos. Aún desconocemos la finalidad real de estas inscripciones lacustres, estas marcas que diferenciaban un sillar de otro, el orden de colocación de las dovelas, los ajustes de un pilar formado por cilindros; ni siquiera si conforma un lenguaje común de los distintos gremios.

Historiadores, arquitectos, geómetras y entusiastas de los signos lapidarios, juntos por primera vez mediante el empleo de una herramienta común, bien elaborada, la más completa de las existentes en la red, seremos capaces de desvelar los misterios que tanto nos atrae. Ese día será tan glorioso como el de hoy, en el que inauguramos esta nueva página de SIGNO, gracias al trabajo y al oficio de un picapedrero de los teclados. Hoy estamos de enhorabuena. Gracias a todos por vuestro entusiasmo y dedicación.»

Si no conocéis sus trabajos de geometría, sus artículos sobre las gentes y las costumbres del Puerto de Santa María o sus libros os recomiendo su lectura.