Con las marcas de cantero de la Casa Maynar en Alcañiz hemos llegado a una muestra conformada por 15.000 fotografías recopiladas en 348 construcciones entre los siglos X y XIX en la península Ibérica. El más extenso banco de imágenes en la península Ibérica a día de hoy. Gracias a todos los que habéis participado con vuestros trabajos de campo. Ahora el objetivo es completar la catalogación de esta amplia muestra en función de los 3 niveles del árbol de tipos que hemos establecido: formal, funcional y sígnico-ideográfico.
En esta labor prestaremos especial atención en la identificación y análisis de lo que hemos denominado “marcas de trazado”, es decir, aquellas marcas cuyos diseños se obtienen a partir de operaciones muy concretas relacionadas con los principios básicos de la denominada Geometría Fabrorum o geometría práctica de los oficios que desarrollaron los canteros y constructores medievales.
El proyecto SIGNO (sociedad de estudios gliptográficos para la normalización y la ordenación) surgió hace 12 años cuando descubrimos el fascinante mundo de las marcas de cantero. Como todos sabéis, la variedad de tipos y formas que adquieren es tan extensa como su dilatada cronología y dispersión geográfica. Desde un primer momento, nos dimos cuenta que tras esta enorme variedad de tipos, desde los signos más sencillos cuya función era servir de apoyo durante la construcción de la obra hasta aquellos otros cuyos diseños responden a unas reglas de formación muy concretas que requieren el uso de la regla y el compás. Este tipo de marcas de canteros “especiales” tiene un valor añadido al puramente arqueológico que nos ayuda a conocer la historia del edificio, porque nos descubren los trazados que aquellos maestros canteros utilizaban para levantar algunos de los edificios más prodigiosos de la historia de la arquitectura.
Sistema de clasificación: el árbol de tipos
Para establecer el sistema de clasificación que empleamos para catalogar y ordenar las marcas de cantería recopiladas en los trabajos de campo hemos partido de los estudios realizados por el Centre International de Recherches Glyptographiques. El C.I.R.G. se fundó en 1979 en Bélgica (Braine-le-Château) después de hacer la siguiente constatación: los signos lapidarios están presentes en todo el mundo, pero su estudio era casi inexistente por falta de herramientas adaptadas (sistema de clasificación, método de representación, etc.).
Niveles de clasificación de las marcas de cantería según formas, funciones y significados del catálogo del proyecto SIGNO.
Es urgente, por la cada vez mayor desaparición de las marcas de cantería de las construcciones medievales debido a la contaminación y a restauraciones poco respetuosas con el patrimonio histórico, crear grupos de investigación que permitin la confrontación regular de los resultados de los trabajos de campo. Desde 1979 se han organizado regularmente jornadas internacionales en Mons (Bélgica, 1979), Nîmes (Francia, 1980), Zaragoza (España, 1982), Cambrai (Francia, 1984), Pontevedra (España, 1986), Samoëns (Francia, 1988). ), Rochefort-sur-Mer (Francia, 1990), Hoepertingen (Bélgica, 1992), Belley (Francia, 1994) y Mont-Sainte-Odile (Francia, 1996).
Consultar el árbol de tipos del proyecto SIGNO: https://signoslapidarios.com/proyecto/objetivos-del-proyecto/sistema-de-clasificacion-el-arbol-de-tipos
Las marcas "singulares" o de trazado
El proyecto SIGNO surgió hace 12 años cuando descubrimos el fascinante mundo de las marcas de cantero. Como todos sabéis, la variedad de tipos y formas que adquieren es tan extensa como su dilatada cronología y dispersión geográfica. Desde un primer momento, nos dimos cuenta que tras esta enorme variedad de formas y tipos, desde los signos más sencillos, cuya función era servir de apoyo durante la construcción de la obra, hasta aquellos otros cuyos diseños responden a unas reglas de formación muy concretas que requieren el uso de la regla y el compás. Este tipo de marcas de canteros “especiales” tiene un valor añadido al puramente arqueológico que nos ayuda a conocer la historia del edificio, porque nos descubren los trazados que aquellos maestros canteros utilizaban para levantar algunos de los edificios más prodigiosos de la historia de la arquitectura.
Signos lapidarios singulares del monasterio de Santa María de Moreruela (Zamora) y la ermita de San Bartolomé de Ucero (Soria).
Nuestro objetivo es catalogar este tipo de marcas, a las que hemos denominado “marcas de trazado”, en función de las propiedades geométricas que se deducen de sus formas. La recuperación de la Geometría Fabrorum en Occidente a partir del siglo X supuso un punto de inflexión en el arte y la ciencia en la construcción en piedra tras más de seiscientos años en los que esta práctica, tras la caída del imperio romano, parecía que se había perdido para siempre.
De ahí la importancia de este tipo de marcas porque contienen una información muy valiosa sobre las técnicas y los métodos de trazado en una época, especialmente entre los siglos XI y XIV antes de la aparición de la imprenta, de la que apenas se conserva documentación alguna. Esta es la razón por la cual las marcas de trazado nos ayudan a profundizar en el conocimiento de la historia ya no sólo del edificio, sino de las ideas, creencias y conocimientos de las personas que las construyeron.
Signo lapidario en forma de gnomon áureo en el castillo de La Mota en Jaén.
Cuando comenzamos nuestros estudios sobre este tipo de marcas, apenas contábamos con un centenar de fotografías. Interesados en la identificación de las reglas geométricas subyacentes en sus trazados no podíamos basar nuestros trabajos en dibujos de marcas de canteros porque no teníamos la certeza de que habían sido reproducidas con rigor. Esto nos llevo a iniciar nuestros primeros trabajos de campo y aquí surgió la idea de crear una página web para almacenar y catalogar como es debido las fotografías de las marcas de cantero.
Algunos ejemplos de la evolución de las formas de las marcas de cantería a lo largo de los siglos y los diferentes estilos arquitectónicos.
Un trabajo tan ingente sólo puede ser llevado acabo mediante una plataforma de trabajo multidisciplinar. En primer lugar, por los trabajos de campo y, en segundo lugar, por la necesidad de contar con un árbol de tipos que permita el estudio de la evolución en formas y tipos a lo largo del tiempo y de los diferentes estilos arquitectónicos.
La importancia del testimonio fotográfico
Para tratar de ordenar de la forma más lógica miles de fichas hoy disponemos de medios informáticos que facilitan el tratamiento de grandes volúmenes de información. Uno de nuestros principales objetivos con la confección del catálogo es poner a disposición de los investigadores una herramienta mediante la cual poder realizar búsquedas por construcciones, tipos y funciones, así como poder consultar sus frecuencias, lo que resulta de gran ayuda cuando se estudia la evolución de sus formas a lo largo del tiempo para confeccionar tablas comparativas. Para ello es indispensable contar con un sistema de clasificación basado en una base de datos normalizada que permita un acceso rápido a todo el material catalogado.
«Las fotografías, a diferencia de los dibujos sujetos a la pericia y el rigor de quien traslada las formas de las macas de cantería al papel, permiten analizar aspectos como la factura, indicativa de la herramienta empleada y la destreza del artesano; su estado de conservación, que nos permite evaluar las imperfecciones del trazado, y el tipo de pieza arquitectónica donde se encuentra grabada, indicativa del grado de especialización del cantero.»
El trabajo fotográfico de recopilación es esencial para la confección del catálogo, una labor que, dada la enorme difusión geográfica y temporal del fenómeno, solo puede ser llevada a cabo mediante la coordinación a través de una plataforma que administre los trabajos de campo. Siempre que las fotografías cumplan unos requisitos mínimos resultan más útiles que los dibujos, sujetos a la pericia y el mayor o menor rigor de quien los traslada al papel. Solo el calco ofrece las mismas garantías, aunque es una labor que, por desgracia, y debido a que requiere mucha dedicación y paciencia, los investigadores casi nunca llevan a cabo, con raras excepciones. Las fotografías permiten distinguir aspectos que un dibujo no puede mostrar, como la factura del signo lapidario, indicativa del grado de maestría del artesano, su estado de conservación e incluso otros detalles importantes como la calidad del sillar o el tipo de pieza arquitectónica donde se encuentran labrado. En nuestro caso, interesados en abordar el estudio de las formas de las marcas de cantería y la geometría que en muchos casos hay implícita en sus diseños, el testimonio gráfico es imprescindible.
Como indica Bianchi, buen conocedor de la problemática que plantean los estudios gliptográficos, las marcas de cantería son el argot que era empleado para la construcción de las edificaciones del que se desprenden indicios sobre la transmisión del saber, los métodos de trabajo a pie de obra, las formas de organización y, en definitiva, de toda una serie de aspectos relacionados con el contexto de cómo se aplicaba la geometría al oficio. Un legado grabado en la piedra mediante toda suerte de signos y figuras que forman un corpus geométrico de gran riqueza conceptual que conjuga significado y significante para dar razón de algunos de los fundamentos del arte y la ciencia de la construcción entre los siglos XI y XIV, una antigua tradición constructiva según la cual los números y las relaciones que se establecen entre ellos son el fundamento de las reglas de proporción que se deben seguir a la hora de proyectar los edificios.
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