Las marcas de cantería en forma de ballesta de San Miguel de la Escalada

La iglesia mozárabe de San Miguel de la Escalada fue construida por monjes cordobeses procedentes de Al-Andalus bajo la dirección el abad Adefonso. Partieron de los restos de un templo visigótico del siglo VII, totalmente en ruinas, dedicado a San Miguel Arcángel. La iglesia se consagró el 20 de noviembre del año 913, según sabemos por una lápida que recogió Risco hoy desaparecida.

El edificio consta de dos partes, la más antigua es la correspondiente la iglesia mozárabe primitiva. Es una iglesia de planta rectangular, con tres naves de cinco tramos que soportan arcos de herradura, las laterales más estrechas y bajas que la central. El crucero se abre mediante iconostasio y la cabecera está formada por tres ábsides con planta también de herradura en el interior y testero plano en el exterior. Posterior a la iglesia (mediados del siglo XI) se construyó un pórtico con trece columnas que soportan doce arcos de herradura.

En el siglo XI se añadió el cuerpo románico, que está formado por una torre y una capilla-panteón, y «en este edificio adjunto es donde se han hallado todos los signos lapidarios existentes, no habiéndose encontrado en ningún caso en la construcción mozárabe. La generalización del uso de marcas de cantería se produce con la llegada del estilo el románico. No se han documentado en el arte mozárabe, visigótico y en el románico primitivo» [1].

Entre las diversas marcas de cantería que podemos encontrar en el cuerpo románico de la iglesia de San Miguel de la Escalada destacan unos signos en forma de ballestas. Las marcas de cantería en forma de ballesta no son muy comunes. Con todas sus variaciones según la posición de la cureña (palanca para montar el arma), suelen ser representadas mediante una línea recta o una curva, a la derecha o a la izquierda del armazón. Estos signos lapidarios en forma de ballesta se encuentran labrados en el cuerpo románico, no habiéndose encontrado ninguno en el cuerpo mozárabe, por lo que son posteriores a la iglesia primitiva. Es posible que los constructores del siglo XI quisieran representar las proporciones de la primitiva iglesia. Si superponemos las marcas de cantería en forma de ballesta sobre la planta de la iglesia tenemos que las proporciones encajan para las siguientes disposiciones.

Aunque la planta de la iglesia San Miguel de la Escalada es un rectángulo, sin nave crucero, el espacio que delimita el iconostasio y el ábside tienen una función equivalente a la de las iglesias románicas. Las marcas de cantería en forma de ballesta se ajustan bien a estas proporciones. El espacio interior de la planta se obtiene del cuadrado abcd, su diagonal ac y la diagonal ae del rectángulo resultante, respectivamente las razones de las raíces cuadradas de dos y de tres.

 

El cuerpo interior principal queda así formado por un cuadrado de 37 pies [2] de ancho (ad = 10,80 m). Con la diagonal de este cuadrado, 16,67 pies (af = 15,32 m), se obtiene el espacio que los separa del ábside, indicado por el iconostasio (transepto), resultando el rectángulo adef cuya razón es 10,80/15,31 = 1,4142, raíz cuadrada de dos. Por otro lado, la diagonal del rectángulo adef (18,75 m) está en proporción raíz cuadrada de tres respecto al lado menor ad (10,80 m).

Veamos ahora cómo están representadas estas dos proporciones en las marcas de cantería en forma la ballesta. Si tomamos la primera de ellas podemos comprobar que sus proporciones, si tomamos la longitud total respecto al ancho del travesaño, es igual a la raíz cuadrada de 2, por lo que, al redimensionarla de manera que se corresponda con el rectángulo que acota el espacio interior hasta el ábside, la ballesta indica entonces la longitud de nave, el travesaño la posición del iconostasio y el arco tendido el espacio que separa el cuadrado rector del ábside.

La segunda ballesta tiene una proporción, si tomamos su longitud total respecto al travesaño, de raíz cuadrada de tres (ab/c’c’’), que es, como hemos visto en la primera de las figuras, la razón entre el lado de cuadrado rector del espacio interior (ad) y la diagonal del rectángulo resultante (ae).

 

Si igualamos la longitud de la segunda ballesta con la longitud total del templo, entonces vemos que el travesaño no se ajusta del todo a la anchura, aunque indica el espacio del ábside. Pero lo más interesante es que la curaña, formada en este caso por un segmento curvo y uno recto, está indicando, justo donde termina uno y comienza el otro, cómo se obtienen las tres naves.

Finalmente, si prestamos atención a la planta primitiva y tomamos el perímetro exterior veremos que es un rectángulo que mide 68 pies de largo (19,82 m) por 42 pies de ancho (12,25 m). La proporción de este de este rectángulo es, por tanto, 19,82/12,25 = 1,6180 o, lo que es lo mismo, la razón del Número de Oro. Los constructores emplearon la sección áurea para establecer las dimensiones de la primitiva iglesia de San Miguel de la Escalada, la misma proporción que guarda el travesaño de la segunda de las ballestas respecto a la cuerda de la misma.

 

A falta de fotografías, las correspondencias entre las marcas de cantería en forma de ballesta y las proporciones de la primitiva iglesia de San Miguel de Escalada es tan solo una hipótesis que esperamos resolver en el futuro.

 



[1] Juan Luiz Puente López y José María Suárez de Paz, Marcas de cantero en la torre y panteón de abades del monasterio de San Miguel de la Escalada, p.77.

[2] El pie propuesto para el análisis de las dimensiones del templo han sido extraídas del trabajo de Juan Francisco Esteban Llorente: http://www.unizar.es/artigrama/pdf/20/3varia/2.pdf

 

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Las marcas de cantería en forma de ballesta de San Miguel de la Escalada - © - Rafael Fuster Ruiz y Jordi Aguadé Torrell